XXV
No siempre el frio fue nuestra prisa no siempre hubo una excusa para salir a esquivar luces a giñarle el ojo a los andenes no siempre esperé tener el mismo verano en los escalones ni las noches en taxis ni las tardes en un puente no siempre un jardín un perro gris madera verde bajo mis pies no siempre no más un camino de buganvilias